domingo, 1 de mayo de 2011

LA OPINION DE MI YO-NIÑO

Ayer fue día del niño y me desperté con un par de cuestionamientos. El primero no trascendió tanto como el segundo.

Desde temprano, tenía dos preguntas en la cabeza y aunque la primera me pareció bastante interesante, fue la segunda la que me llevó a pensar.

Desde temprano publiqué en mi cuenta de Facebook las dos preguntas y hubo varios comentarios que me hicieron ir interesándome en otras conclusiones sobre las mismas preguntas.

La primera entrada en mi cuenta de Facebook preguntaba algo así como: “Si sólo hoy pudieses hacer cualquier cosa, lo que fuese, ¿qué harías?”

Obtuve un par de respuestas interesantes de la gente que tradicionalmente participa y comenta mis entradas. Uno pensaría que ante una pregunta de esas características, las respuestas pudiesen llegar a ser muy complejas, no obstante, fueron dos cosas relativamente sencillas: La primera a cargo de un muy buen amigo cuya vida de misionero en Guatemala lo interesó en escribir un artículo en la revista de la orden. La segunda aunque un poco más complicada por el tiempo que se requiere, es también un tema sencillo de resolver: “Aprender a tocar la guitarra de una vez”.

La segunda pregunta fue un poco basada en que era día del niño y decía algo así: “Si hoy te toparas a ti mismo de niño, ¿ese niño estaría orgulloso de ti y de en quien te has convertido?”

La participación que obtuve fue interesante, hubo varias respuestas muy diferentes. Algunas personas respondieron simplemente afirmando que sí y esto me pareció extraordinario ya que yo considero que es realmente complicado encontrar gente que esté honestamente satisfecha con la persona que es. Me dio gusto.

Hubo otras menciones acerca de que en general si y probablemente la única crítica podría ser el estado físico, citando en un caso “sólo reclamaría por la panza”.

Recibí otro tipo de respuestas un poco más entusiastas como: “yeahh”, “a huevo!”, “ninguna duda, SI!” y “por supuesto”. Me volvió a dar gusto. Eso quiere decir que de alguna u otra manera y aunque fue una muestra muy sencilla y poco representativa de la gente que me rodea, tengo alrededor gente que está contenta con quien es y con lo que ha hecho.

Posteriormente hubo respuestas un poco más intelectualizadas, que no por eso tengan mas valor que las pasadas, simplemente venían acompañadas de un mayor nivel de análisis. Entre ellas pude observar pensamientos como:

“Personalmente me siento muy orgullosa de lo que ahora soy, pero definitivamente me daría un par de sapes por algunas decisiones que actué y luego pensé”

“Si hoy me topara a mi mismo de niño, estaría orgulloso de ese niño, más bien”.

“Me hubiera gustado que mi yo-niño hubiera sido más como soy ahora”.

“Más que del resultado, mi niña estaría orgullosa por el camino recorrido, ha sido hasta ahora una gran y muy divertida experiencia”.

A estas alturas yo todavía estaba pensando mi respuesta y pensando en las respuestas que mis amigos me compartieron.

Yo también estría muy orgulloso del niño que fui. También estaría muy orgulloso del camino recorrido, lo he disfrutado mucho y por supuesto que mi yo-niño me hubiese reprendido por algunas decisiones que tomé sin pensar y por otras tantas que tomé habiendo “pensado”.

Mientras todas estas respuestas y pensamientos sucedían, otra amiga me hizo dos pregunta utilizando el mismo medio, Facebook:
1.- “¿Por que estas pensando todas esas cosas???”
2.- “¿vivirías con alguien como tu? FELIZ DIA DEL NIÑO

Y ahí estaba yo pensando. ¿Cuáles eran mis propias respuestas a todos estos cuestionamientos?

Los que me conocen bien, saben que no soy una persona de respuestas simples a preguntas complejas, me gusta adentrarme un poco en mis pensamientos, intelectualizar las emociones, tratar de entender el entorno y de acuerdo a mi propia percepción tratar de responder de la manera más vasta posible  dichos cuestionamientos.

Faltan 18 días para que yo cumpla 35 años. Esta misma semana que terminó tuve a bien compartir con 3 grandes amigos(as) que, a pesar de haber caminado por muchos caminos diferentes y de haber decidido y haber tomado acción sobre asuntos de los cuáles hoy no estaría orgulloso; a pesar de que hay algunas resultados que no he podido obtener y muchos planes que no he podido ejecutar, en el balance soy hoy el hombre que quiero ser hoy. Por supuesto que esto no quiere decir que sea un producto terminado, simplemente quiere decir que al día de hoy, he logrado moldearme y convertirme en alguien que me parece es la persona que quiero ser hoy. Esto me tiene muy contento.

Pero como en toda historia casi siempre hay un “pero”,  voy a tener que aceptar que los cuestionamientos de ayer me hicieron pensar en lo siguiente:

Hoy soy en gran parte el individuo que quiero ser hoy, y aunque por supuesto que hay mucho que hacer, mucho que caminar y todo es sujeto a mejora, el resultado es altamente satisfactorio. He hecho con mi vida lo que me ha gustado hacer con mi vida y también he tenido la fortuna de que en general la vida ha hecho conmigo lo que me hubiese gustado que la vida hiciese con mi vida.

PERO…..

Que pensaría mi yo-niño acerca de lo que he hecho con su vida. ¿Estaría tan satisfecho de haberse convertido en este hombre de 35 años menos 18 días?

Todavía lo sigo meditando y por supuesto que ya encontré algunas cosas que mi yo-niño podría sugerir que yo hubiese hecho diferente.

Una de esas sugerencias importantes sería por supuesto mi salud física y el respeto insuficiente que he tenido para con este instrumento maravilloso que empaca todo lo que somos, material y espiritualmente. Creo que me he excedido mucho en repetidas ocasiones y por supuesto que es importante hacer algo al respecto.

Otra probable sugerencia sería que no he explotado al máximo las capacidades físicas de mi cuerpo. Y no me refiero a un tema de salud o ejercicio. De niño fui un niño muy activo. Gran parte de mis satisfacciones diarias estaban ligadas al desempeño de mi cuerpo en diferentes actividades. Hoy eso sucede muy poco.

La tercera sugerencia o reclamación más importante probablemente sería que al igual que todos los adultos, he ido perdiendo la capacidad de sorprenderme y disfrutar las situaciones más simples. Tristemente he caído en el juego de “volverme adulto”.

Siempre me he considerado una persona extremadamente sensible a los estímulos del medio. He pasado muchas horas de mi vida observando y disfrutando lo que sucede a mi alrededor pero sin duda puedo decir que cada día que pasa, al igual que la generalidad de los adultos, me he ido volviendo más sofisticado y complejo. Cada día que pasa es más difícil encontrar algo que me conmueva, me sorprenda, me emocione, etc.

Creo que estas tres críticas o sugerencias que mi yo-niño me haría son temas muy simples de resolver. Sólo requieren de decisión, acción y un cambio de actitud. Afortunadamente no son desviaciones importantes sobre el hombre que mi yo-niño hubiese imaginado.

¿Qué sigue? Pues es simple. Tomar acción, continuar planeando y ejecutando tratando de ser lo más honesto posible con mi yo-niño. En el fondo es ese niño el que más nos conoce y el que más nos puede decir si nos hemos movido del rumbo correcto. Es ese yo-niño el que más nos puede ayudar a entender si nos hemos vuelto “demasiado adultos”

Sobre la pregunta que me hizo Clamencia sobre si viviría conmigo, esa es otra historia y probablemente haga una entrada sobre ella. Todavía la estoy meditando.

Buena noche!

P.D. Para los que me han comentado que es muy complicado dejar un comentario en una entrada, sólo hay que hacer lo siguiente:
1.- Dar clic en la palabra “Comentarios” al final de mi entrada
2.- Escribir el comentario que quieran poner
3.- En donde dice “Comentar Como” escoger alguna de las opciones en caso de que se tenga cuenta en alguna de ellas, de lo contrario escoger “Aninimo”
4.- Presionar el boton “Publicar un comentario”
5.- Hacer la validación de palabra que solicita: Escribir la palabra que aparece arriba del campo. (Esto es para validar que no es una computadora la que está escribiendo en los campos).