domingo, 3 de julio de 2011

A TI TAMBIEN TE PUEDE PASAR


 Efectivamente ya se nos fue medio año y unos días más.


Este fin de semana fue muy solitario. Prácticamente lo pasé en un estado de convivencia extrema conmigo mismo. El sábado trabajando en su mayor parte y el domingo un poco de trabajo y algunos breves espacios de no hacer nada más que estar conmigo mismo, comer bien, leer un poco y ver una buena película.

Hoy en la mañana, rumbo a un asunto de chamba, me llegó un mensaje de mi Compadre diciendo que un buen “cuate” en común había fallecido. Honestamente me sorprendí mucho y hasta se me revolvió el estómago un poco.

No es como si Alex y yo hubiésemos sido grandes amigos. La verdad nuestras vidas se cruzaron en muy pocas ocasiones. No obstante, por las 10 o 15 veces que lo vi, puedo decir que se convirtió en una persona que estimo bastante. Siempre fue un hombre muy alegre y simpático; parecía que su función en la vida era hacernos reír y hacernos sentir bien.

Fueron pocas las veces que conviví con el pero muy gratos los recuerdos que quedaron en mi memoria. Descanse en paz el buen Alex.

Esta noticia me dejó pensando mucho. Confieso que desde hace tres semanas supe que Alex padecía de Leucemia, no obstante pensé que se pondría bien. En ningún momento pasó por mis pensamientos que hoy estaría escribiendo esto.

Desde antes de que supiera que Alex no estaba bien, tenía en mente darle una llamada e invitarle unas cervezas. Confieso que esto me resultaba difícil ya que siempre se rodea de algunas personas que a mi no me resultan tan gratas, algunos otros si.

Hace unos meses me lo encontré desayunando, y quedamos de llamarnos bajo el muy tradicional pacto de caballeros: “Nos Llamamos!” Nunca pensé que esto no iba a suceder nunca.

Es difícil cuando en la vida nos topamos con situaciones que no tienen vuelta atrás. Por lo menos yo, vivo pensando y tengo muy presente que si algo sale mal siempre habrá oportunidad de corregir el camino. Pocas veces pienso que hay circunstancias en donde ya no hay regreso.

Hace rato pensaba que realmente tenía ganas de hablar con Alex para invitarle una cervezas y pasar una buena tarde en algún lado de Guadalajara. Que difícil es darse cuenta de que desperdicié las oportunidades para hacerlo y eso nunca va a suceder más.

Alex nos enseñó a todos que es posible reír siempre, que la vida se debe vivir como si no hubiese mañana y que estamos todos juntos caminando en este planeta para disfrutar cada momento.

Realmente no se si Alex vivió así su vida, sin embargo eso fue lo que yo aprendí de el, ya que las pocas veces que lo vi, esa era la forma en que actuaba y en su actuar se dejaba ver muy honesto y muy coherente.

Al día de hoy, nunca sabré si Alex se pudo haber convertido en un gran amigo o no y esa es otra de los temas que me cuestioné por la mañana. Nunca lo sabré. Realmente no es importante averiguarlo, simplemente tuve esta idea rebotando en la cabeza por espacio de unas horas.

¿Qué tan importante es en la vida es el “hubiera”? Todos creemos que el “hubiera” no sirve de nada y sólo ayuda a atormentarnos de manera directamente proporcional al tamaño de nuestra pérdida o arrepentimiento.

Yo a veces creo que el “hubiera” si nos sirve para aprender algo, pero después hay que dejarlo ir ya que se convierte en un solvente que corroe nuestras emociones.

A pesar de que Alex no era una persona tan cercana a mi, creo que su muerte si me afectó, por espacio de una buena parte de la mañana me sentí muy incómodo sabiendo que ya no estaba con nosotros.

Por supuesto que el “hubiera” pasó por mi mente y me di cuenta (no es la primera vez) de que se nos va la vida dejando de hacer cosas que quisiéramos hacer: muchas veces por desidia, muchas veces por flojera, otras muchas por que no es políticamente conveniente en cierto momento/espacio y otras veces por alguna razón que ni siquiera es importante.

Por esto mismo, mañana por la mañana voy a hacer 3 cosas que he pasado los últimos meses pensando en que quiero hacer pero no he hecho. Las razones sobran y no son importantes.

Creo que un buen ejercicio sería irse a dormir pensando: ¿Qué no he hecho y tengo ganas de hacer? Simplemente hay que ponerlo en la agenda del día siguiente.

Lo segundo que pensé fue que la muerte de Alex me dejó muy incómodo por que fue cercana. Alex no era un tipo muy diferente a lo que soy yo. Una forma de vida parecida, un grupo de amigos parecido, costumbres parecidas, medios parecidos, etc. Y por supuesto que eso me obligó a enfrentar el hecho de que si es posible que esto me pase a mi, no importa que no este en los planes.

En fin, Alex me enseñó muchas cosa en vida y otras más el día que se fue. Por eso le estaré muy agradecido siempre. Además, Alex me hizo reír de sobremanera. La verdad es que si Alex estaba cerca, uno se sentía bien.

Siempre he pensado que hacer reír a la gente atrae grandes bendiciones para quien lo hace. Estoy seguro de que Alex va directito a un muy buen lugar: Se lo ganó con su manera de ver la vida y con la forma que tenía de hacernos sentir bien.

Yo me despido, realmente no hay nada más que decir, me voy a acostar pensando en que la vida no es un juego de dados y hay veces que no nos podremos recuperar de una apuesta. Hay que hacer lo que uno quiere hacer en el momento que uno quiere hacerlo y dejar de hacer lo que sabemos que no debemos de estar haciendo. 

Mi tarea para mañana en la noche será recordar 10 cosas que he querido hacer y no he hecho.

Buena noche!

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