domingo, 16 de enero de 2011

El valor de la vida


Los últimos días han sido muy complicados para 4 personas que aprecio mucho.

Dos situaciones por separado, pero en ambos casos mis amigos están en un estado de tristeza profunda por la pérdida de un ser muy cercano a ellos.

Por un lado, dos muy buenas amigas perdieron a su madre, quien tras una larga lucha con el cáncer, falleció el día de ayer.

Por otro lado, dos muy buenos amigos, perdieron a una niña que estaban esperando, prácticamente unos días antes de nacer.

No puedo ni imaginar la tristeza que invade en este momento sus espíritus.

La pérdida de alguien importante es siempre una situación muy difícil de asimilar. El puro hecho de imaginar que nunca más va uno a poder ver o estar con esa persona lo convierte en una situación muy compleja, difícil de procesar tanto mental como emocionalmente.

Puedo decir que en la mañana que desperté, pensé bastante sobre este tema y me sentí bastante triste por ambas situaciones.

En el primer caso, una persona que tuve oportunidad de conocer, que en varias ocasiones, platicó conmigo, me recibió en su casa, una persona con la que me reí en muchas ocasiones y que hace mucho tiempo no veía.

Por otro lado, una niña cuya historia en este mundo se limitó a los sueños que todos los que la esperábamos teníamos para ella.

En ambos casos, sólo de imaginar a mis amigos en un estado de tristeza, fue suficiente para hacerme entrar en una especie de estado de melancolía muy profunda.

El tema de la muerte siempre es impresionante y nos shockea. A pesar de que la muerte es un concepto forzoso y totalmente natural en la vida de cualquier persona, nunca queremos pensar en ella o siquiera en la posibilidad de la misma.

Hoy por la mañana no pude evitar hacer un análisis sobre ambas situaciones.

En principio, pensé en la mamá de mis amigas y, a pesar de la tristeza que representa la falta de una persona adulta, forcé mi mente a imaginar que esa persona tuvo una buena oportunidad de estar en el mundo por bastantes años, vivió muchos días, se emocionó, sufrió. Hubo risas, hubo felicidad, tuvo amigos, tuvo una gran familia. Muchos momentos que estoy seguro que hicieron de su vida una gran suma de experiencias bellas.

De una u otra manera me forcé a pensar que, a pesar de haber dejado este mundo más temprano de lo que esperábamos, podíamos justificar la ausencia sufrida por su muerte con un pensamiento de alegría por la oportunidad que tuvo de vivir su vida y por todo lo que hizo en ella. Estoy seguro de que tuvo oportunidad de ser una parte importante de la vida de muchas personas.

¿No se trata de eso la vida al final de cuentas? creo que el chiste de esta vida es aprovechar la oportunidad y el tiempo que tenemos aquí y disfrutarlo al máximo logrando tocar e influir positivamente en la mayor cantidad de personas posibles. Creo que ella así lo hizo.

En el segundo caso, y además de la tristeza que me dio imaginar a mis amigos en ese estado de profunda desesperación, no pude encontrar ninguna explicación que calmara mi mente en el drama que representa que un persona que no ha nacido, no tuviera la oportunidad de nacer y vivir su vida.

Realmente no pude encontrar ningún consuelo o imaginar ningunas palabras que decirles a mis amigos. Simplemente no hay una explicación que permita entender una situación así. Como explicar o justificar para tratar de entender, que una vida fue tan corta que no tuvo oportunidad de vivir, de disfrutar, de equivocarse, de reír, de llorar, de amar, de sufrir, de gozar, de querer, de conocer la amistad, de ser parte de una familia, de tomar decisiones, etc. Muy dramático realmente. Me impactó profundamente.

El único consuelo al que alcancé a llegar fue que estoy seguro que la pequeña hija de mis amigos tuvo en todo momento un periodo de gestación muy bello, en el vientre de una mamá que la amó mucho y sintiendo cerca, escuchando la voz de un papá que es un gran tipo y estoy seguro que la amaba profundamente. Casi nueve meses inmersa preparándose para un mundo que no conoció, pero que estoy seguro que en todo momento estuvo rodeada de amor, de grandes deseos, extraordinarias expectativas y muchas risas, mucha gente que la iba a querer y muy gratos momentos. Siempre fue deseada y siempre fue amada.

Les deseo a mis 4 amigos que encuentren la fortaleza para poder manejar ambas situaciones y estoy seguro que muchos los acompañamos en este muy duro periodo de duelo.

En fin, la muerte de alguien más no deja de ser un recordatorio de que todos vamos en esa dirección y que lo que consideramos muy importante muchas veces no lo es y a lo que muchas veces no le damos importancia es en muchas ocasiones lo único que realmente importa.

Buena tarde.

- Posted using BlogPress from my iPad

No hay comentarios:

Publicar un comentario