viernes, 25 de marzo de 2011

Una buena semana!



La semana pasada fue una semana interesante. Bastante buena. El martes tenía programada una reunión de trabajo en California, por lo que el lunes viajé de la ciudad de México a Tijuana para posteriormente comer con mi compadre en San Diego, hacer algunas compras, visitar a mi ahijado y cenar con ambos compadres, mi ahijado y las niñas. A pesar de lo molesto que se ha vuelto viajar por vía aérea y lo fastidioso que puede llegar a ser cruzar la frontera, fue un muy buen día.

El martes fue día de reuniones.  Pasmaos muchas horas en una sala de juntas analizando los resultados pasados y tratando de descifrar el camino correcto para obtener los resultados futuros. He de decir que aunque no soy un gran fan de las reuniones y en general considero que en general se pierde más tiempo en ellas de lo que se gana en resultados, empiezo a disfrutar estas reuniones mensuales en donde realmente se logran buenos acuerdos.

El jueves ya estaba yo de regreso en Guadalajara con mucho trabajo, no obstante el exceso de trabajo, hemos encontrado la manera de hacerlo muy divertidoy he de decir que lo que hacemos ya casi no parece trabajo. Lo disfruto mucho en la mayoría de las ocasiones.

El jueves por la noche fue una experiencia interesante. Varios amigos y yo decidimos festejar el día de San Patricio, que en mi caso y a pesar de no tener nada de irlandés, llevo festejando de buena manera desde hace unos 6 años. Nos fuimos todos al bar del Frank, que es un Irlandés que vive en Guadalajara y que nos recibió como si fuésemos los más irlandeses de sus clientes (en el bar encontramos unos 20 irlandeses de verdad, los demás eramos ficticios).

Pasó el tiempo, muchas cervezas, algunos rones y buena música, muchas risas, buenos chistes y en general un ambiente bastante relajado a pesar de que el Temple Bar (o el bar de Frank) estaba absolutamente lleno de gente con disfraces verdes, todos queriendo actuar como un pequeño duende verde cubierto de tréboles de cuatro hojas.

Para mi fue una experiencia interesante, muy divertida y con un matiz de tristeza que no esperaba:


Después de algo así como 6 meses de que terminé mi última relación,  y de no haber visto a Sophia en ese periodo de tiempo, de repente me encontré en el mismo espacio que estaba ella. Reconozco o que por un lado me dio gusto ver que estaba bien y se veía contenta (aunque muchas veces al ego de uno le duela aceptar estas situaciones). Por otro tuve una especie de episodio que involucraba alguna medida de tristeza melancólica al ver que un sentimiento que fue tan importante para mi en el pasado se ha difuminado en proporciones grandes, además de que es muy triste darse cuenta de que la interacción entre dos personas puede pasar de existir un amor profundo a una especie de estado sentimental del tipo zombie en donde ambos se convierten en la mente del otro en un perfecto cuasi-desconocido.  Esta situación me dejó pensando muchas cosas…entre ellas que hay días que todavía extraño momentos que viví con ella.

El viernes no fue un día interesante, realmente estaba yo agotado por trabajo, viajes y la breve desvelada del día anterior. Pero el sábado fue un día particularmente muy bueno.

Como muchos sábados, salí a caminar en búsqueda del punto mas atractivo para desayunar. Nunca he platicado esto, pero mi casa se encuentra rodeada de una oferta de comercio y restaurantes bastante interesante.

Con mi cámara en la mano, decidí salir a caminar y ver que me encontraba.

Siempre me han gustado mucho las manifestaciones de arte públicas. Particularmente la música.  Tengo la fortuna de vivir en un lugar en donde y por el simple hecho de cruzar la calle, tengo una oferta de manifestaciones de arte público importantes. El sábado fue algo más allá de lo normal.

Con el pretexto de festejar el arribo de la primavera, la ciudad de Guadalajara organizó un evento masivo en donde a lo largo del ya famoso paseo Chapultepec se montaron 5 escenarios en los cuáles se iban a brindar diferentes conciertos y diferentes estilos de música. El evento iba a empezar a las 14.00 y a terminar un poco después de la media noche. Eso a mi me hacía un ser muy feliz. Muchas horas de música urbana!

Viviendo en tiempos y en un país en el que la sociedad civil prefiere quedarse en lugares confinados a estar en la calle, en parte por nuestra cultura sedentaria y en parte por los altos niveles de inseguridad existentes, siempre ha sido para mi un placer ver que la gente decide tomar las áreas públicas y dejar de tener miedo a que algo pase.

Desde el medio día hasta el arranque de los conciertos estuve observando el montaje de los equipos de sonido, luces, lonas, estructuras, etc. Pasé un buen rato viendo a los ingenieros de audio hacer las pruebas de sonido y a algunos miembros de algunos grupos tocar durante las mismas. Reconozco que siempre he disfrutado mucho ver como se monta un evento de estas características.

Alrededor de las dos de la tarde ya se escuchaban diferentes acordes en los 5 escenarios que se montaron a lo largo de las 15 cuadras que forman el Paseo Chapultepec. En esos momentos había poca gente en las calles y los grupos con menor renombre (no puedo decir que de menor calidad) sonaban ya.

Con el paso del tiempo fue llegando más gente a las calles. Algo que me dio gusto fue que vi representantes de todos los círculos sociales, de genero, de costumbre, culturas diferentes, etc. Familias enteras escuchando música, adultos de la tercera edad, niños, parejas. Todos ellos disfrutando el evento.
Yo también lo hice.

Me dio mucho gusto observar a una persona invidente, sentada, escuchando la música con un placer extraordinario. Parecía que en ese momento, la música llenaba al 100% todos sus sentidos, como si no existiese nada más allá de los movimientos que los músicos efectuaban para hacer sonar los instrumentos como ella esperaba que sonaran.



Al final del día, pude encontrarme con una buena amiga que había ido a escuchar música con su mamá. Fuimos a cenar y pasamos un buen rato platicando de cosas tan importantes o tan simples como se nos venían a la mente.


Uno de los detalles más finos de la noche fue el espectáculo que nos otorgó la luna, misma que estaba en su punto más cercano a la tierra en los últimos 18 años y se dejo ver totalmente llena en mismo cielo que al ritmo de la música cambiaba de tonos por los diferentes colores de las luces en los escenarios.

Las calles se llenaron y llegó un momento en que decidimos terminar el día, ya que era imposible acercarse a alguno de los escenarios por el volumen de gente que había en las calles. Al día siguiente los periódicos mencionaron diferentes cifras, que fueron de los quince mil asistentes hasta los treinta y cinco mil.

Yo terminé la noche con otros buenos amigos en mi casa, escuchando buena música y disfrutando un muy buen rato.

Aunque el domingo fue un día difícil por la desvelada del sábado, he de decir que para mi, la semana pasada fue una gran semana.

Espero que para todos lo haya sido.

Buena noche!

Nota: Uno de los grupos que más disfruté y que, aunque ya conocía y había escuchado en algunos bares de jazz, me dejaron muy gratamente sorprendido por la calidad que demostraron en el escenario fue “The San Juan Project”, aquí les dejo un video para que lo conozcan.


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